Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
La madrileña TABANERA no necesita recurrir a otros dioses o ídolos distintos a los que ella misma ha construido y erigido y que son la respuesta visual a una lógica interna de un conocimiento estético que no admite sustitución.
Estos tótems son capaces de convertir a sus espectadoresen devotos adoradores de un imaginario que tiene en su contextura la solidez de una visión generadora de otras creencias amparadas en el misterio más primitivo.
Tanto el diferente material utilizado como esa sintaxis formal en sus esculturas e instalaciones son los motores inspiradores de un pathos de inmortalidad inalcanzable pero posible.
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Para la argentina OLLOQUI la visión plástica deshoja su vida en interminables capas y texturas, algunas veces la hace más sombría y reseca, otras la lleva como un mar de incógnitas encarnaciones y fragancias. Ha puesto en juego su sensibilidad y ésta le exige un precio.
No busca fraguar ni embellecer, sino un hacer que haga visible y perceptivo, por un lado, su concepción pictórica concebida como una abstracción que se apoya en espacios donde imaginar lo que sucede, y, por otro, experimentar la materialización cromática de vivencias que se van definiendo a medida que lo que va pareciendo incierto ya no está sujeto a inquisición.
No cabe duda que es el meollo de una andadura artística de querer y poder, y de capacidad para expresar y poder vivir dentro de esas cavidades que ella hará pulsar, dilatar, entintar, condensar, esencializar, hasta que su construcción logre imprimir a la mirada…
Nuestro querido segoviano ALBERTO REGUERA está en El Cairo porque ha sido seleccionado para participar en la exposición TANGLED STRUCTURES en el marco del «Cairo International art district», promovida por la Embajada española en Egipto, durante la cual protagonizó un perfomance pictórico que puede observarse en https: //www.youtube.com/watch?v=ZzsK6sxnCAc
Ahí, en la superficie se graban esas pinceladas que brotan de una pintura tridimensional, imaginados estratos cromáticos por la acción del cambio climático, materialización de la erosión y alteración de los elementos pétreos a través de las capas pictóricas.
Se producen expansiones como efectos de estas transposiciones, ráfagas como olas de una gran mar, que proclaman una simbología del color y los valores de empatía y armonía con la naturaleza.
No me he resistido a apropiarme de parte de sus palabras – no hay otras más sabias que la suyas- como expresión de un sentimiento que es del mundo y de sí…
En las obras del alemán SCHMIEDEL , el ser se ha quedado suspendido en su propia nada y no se lo cree, por eso le pide a gritos al autor que dada su monstruosidad le deje vivir sin tener que mostrarse.
Pero esa fealdad infinita y deforme, de colores densos y desmigajados, de dibujos fantoches, ha de ofrecerse y manifestarse, engrandecerse en rostros, gestos y cuerpos.
Ya tenéis suerte, les dice, de habitar un espacio cochambroso hecho de pegotes y retales, por lo que no pretendáis ocultaros para seguir viviendo eternamente en silencio. Eso no es posible ni lo será nunca.
No conozco de nada al estadounidense HAAS, me dice Arcimboldo, pero tengo que agradecerle que no me haya olvidado aunque sea trasplantando mi obra a unas esculturas de fibra de vidrio.
Con ello no ha perdido significaciónni grandeza, ni perennidad ni certeza, se han agigantado para que su misterio esté conectado a la fuente de la vida, a una naturaleza que cada día tiembla más ante el precipicio de encontrarse sin nada.
Sí, es espectacular y lo será siempre en cada lugar y en cada espacio, mas no es estéril ni vana su espera, se quedará guardando la tierra entre la tierra para los que la pisan y entienden su mirada.
Despedirse es cultivar un rocío para unirlo con la secularidad
En realidad, nunca ha existido una pintura solamente retiniana -Duchamp dixit-, como tampoco ha existido verdadero arte plástico que no pueda definirse como conceptual.
La obra del francés VIELFAURE está pensada desde un interior que no quiere asomarse hasta que sus osamentas estén bien pigmentadas, coloreadas, texturizadas y estratificadas.
Casi no hay superficie que no muestre signos, que no se reproduzca asimismo en miles de desgarros, huellas, turbulencias, piruetas de un cerebro que le da vueltas a la impronta plástica como manifestación biológica y mineral.
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Chorreando sus últimas estrellas se marchita
Morirá el cristianismo que no ha resuelto ningún problema
Parece como si el mismo viento hubiese creado y hecho fluir las formascon sus corolas multicolores, y las dejase flotar en un firmamento que las tuviese como elucubraciones de una sensación que va más allá de las tinieblas.
La pintura del cubano SANTOS es el fruto de una reflexión y quehacer sobre las capacidades plásticas de unas armonías dictadas por la magia de una danza sensitiva y exultante.
El ensamblaje de tonalidades y gamas cromáticas postula el logro de una densidad espolvoreada sobre la sangre del espacio y del tiempo, de unas osamentas gráciles prontas a brotar para seguir existiendo.
Se ha dicho que el arte no conoce otra ley que la que él mismo se da, ni otro fin que no sea el de su realización, una realización que ha de ser adecuada a sí misma.
El alemán MOODY, después de darle muchas vueltas y seguir múltiples desarrollos abstractos, ha sido determinante: con esta técnica obtengo, ya sea en vertical u horizontal, que la superficie resplandezca, viva y se muestre como una realidad que solamente habla el lenguaje del color, de un color que se amalgama y no está quieto, siempre tiene que estar tiñéndose para modificar su aspecto y presentación.
Tiene la fluidez que se va descascarillando, arrugando, desfigurando capa tras capa, sustentándose en lo volátil, en lo efímero de una epidermis que reviste el magma imperecedero y que no deja de escupir e irradiar su lava sin quedarse nunca vacía.
Rudolf Arnheim nos cuenta que los conceptos son imágenes perceptuales y las operaciones del pensamiento son el manejo de esas imágenes, imágenes que se producen a cualquier nivel de abstracción.
En el caso de la obra del madrileño FERNÁNDEZ PÉREZ, sus obras encuadran una abstracción desde la se puede divisar unas constelaciones cósmicas rebosantes de luz y color.
Los fluidos cromáticos y lumínicos alumbran una superficie que mediante su penetración y absorción toma una nueva naturaleza en forma de una radiación de lava y magma, que conduce a la mirada a unas percepciones que invocan el sueño de otra realidad.
La acción del pintor tiende hacia el logro de la obra bajo la presión del ansia y del anhelo, para lo cual se obliga a tomar un vertiginoso e incesantemeditar y trazar.
El coreano JOONG, pleno de ethos y espiritualidad, oficia como un sabio de la luz a la hora de afrontar la consagración de sus espacios con unas nubes sedosas y místicas que enarbolan la propulsión de un hemisferio inhallable.
Con una mágica irisación y relumbre cromático, la ofrenda plástica se hace una realidad sensitiva y voluptuosa, poesía anclada en la sensibilidad de una visión abstracta que es confabulación para la mirada.
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