Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
Me encontré con el cubano ALARCÓN por casualidad, pero el albur impredeterminado venía con premio, el de una obra que como señala Nelson Goodman sentimos en nuestros huesos y nervios y músculos además de ser comprendida por nuestra mente…..toda la sensibilidad y receptividad del organismo participa en la invención e interpretación de los símbolos.
Y es que los rompecabezas sabios de este artista configuran secuencias biorrítmicas y alegóricas, en las que esas concreciones figurativas y abstractas el gen caribeño, tropical, se hace carne y fantasía, luz y vida.
Siempre esa impronta que conforma en el espacio un vehículo para engranar realidad y quimera, para representar sentimientos, pensamientos, experiencias e ideas. Sus mundos coreográficos y flotantes no necesitan explicación, solamente miradas que les hablen y conciten vivencias comunes a compartir y celebrar.
Mas él se veía a sí mismo negando, negando siempre, la continuidad, porque creía que la vida, la lucha, estaba en un quieto contemplar lleno de fuerzas (Alberto Vigil-Escalera).
EL DESTINO QUIZO QUE NOS ENCONTRARAMOS YO CON MI PINTURA Y TU CON TU VISIÓN FANTÁSTICA DEL UNIVERSO DE LA PLÁSTICA,GRACIAS AMIGO.
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