El asturiano FONTELA pinta la verdad, su verdad, sereno, y trasparenta lo que mejor entiende: la tierra. En un post que le dediqué un 19 de noviembre, me refería a una obra sobre lo calcinado, a lo que tenía de resonancias geológicas, de soledades definitivas y a un fetiche mudo y acostado.
Ahora que va a inaugurar en el Centro Niemeyer de Avilés el 5 de octubre, se puede vislumbrar que el fetiche ha despertado y no cesa de comunicar la fusión final a la que le somete el mediador.
En medio de esos espacios y superficies, los orígenes claman por ser ellos mismos en un contexto que les es hostil. Hasta los claros están en la penumbra, son como soles remotos que el artista va reconociendo poco a poco, centímetro a centímetro, en una labor que sigue un proceso de horizontalidad en el que esa realidad tectónica guarda tanto esencias como impurezas, tanto núcleos como esqueletos de médula.
HUGO trabaja bajo un sino que le señala y marca la textura perseguida, los surcos, rugosidades y estrías, el espíritu creador y los pasos hacia unos términos aún no plasmados. Así sea y buena suerte.
Quien dice la verdad
Es el día sereno.
El aire transparenta
Lo que mejor entiendo.
(Jorge Guillén).