A la cubana LEAL no le llegó la sociedad del desencanto, ni el mercado del espectáculo, ni la rutina que quiere ser asombro y que para conseguirlo tritura las fórmulas de la tradición.
Ella, en su obra, señala cómo es su coreografía plástica de huellas de pasos en la arena en los largos días de primavera, y que en su barco, carente de mercancías, no puede ni cargar la luna.
Las imágenes nos remiten a las quimeras, a los sueños despiertos aunque relegados, a los eternos sentimientos de amor, placer, pasión, muerte y lamento por la vida.
En sus recursos e imaginerías, que no eluden los arquetipos clásicos -celebra su redención-, ni los orientales ni las referencias a sus antecedentes isleños, conforma un mundo particular, muy subjetivizado, que bascula entre la ilusión y lo intemporal.
La luminosidad y el cromatismo, como en todo hacer caribeño, saltan del lienzo, envuelven al espectador, interrogan su intimidad y fantasía, alientan su apertura y el impulso de otredad. Vinculan ornamentación y espacios, que son los lugares de los sucesos, de la pintura transfigurada.
No salimos nunca de sustos en este maldito Malecón, comentamos Felipe, Humberto y yo, al ver que los vivos van en el carro fúnebre y los muertos siguen al cortejo.
…..Otra genialidad amigo,como amas mi tierra ,mi gente mi Malecon presente siempre,como él viaje imáginario que hemos hecho,allí rodeado de ron y azucar debatiendo de todo y de la llegada del Papa.Pero Humberto y yo vamos más allá queremos quedarnos con un pedazo del ricon del lienzo de Alicia Leal ,done el cielo y el mar se funden entre sí ,como un Cojimar con sú peculiar Malecón ,donde Concha y Goyo nos esperan ,para comer en una Paladar ,cerca de la Casa de mi madre.Ojála todas estas figuras magicas nos esperen despúes de cenar para juntos danzar con la rumba de Humberto………..
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Eso ni lo dudes, es una tierra que inventa cada día un paradigma y un son. ¿Qué más es la cubanidad? Pues El Malecón.
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