href=»https://goyovigil50.wordpress.com/?attachment_id=5254″ rel=»attachment wp-att-5254″> Las tramas turbias, informales, grávidas de texturas planas o rugosas que buscan ayuntamientos posibles e imposibles. Condensaciones y viscosidades que se interpenetran en unos espacios sombríos en un afán de creación sin luz que las confunda.
Conforme avanzamos en la contemplación de esta obra correspondiente a una impronta plástica muy determinada, comprobamos que la visión y propósitos de la pintura en una época concreta del siglo XX estaban sometidos a un auto-examen que se debatía entre los fenómenos de agotamiento exterior y los interiores no suficientemente deseados.
El italiano PARZINI laboraba dentro de esa tesitura, en una tensión que después no se desbordaba, sino que se remansaba otorgando a la superficie el silencio de sus victorias y fracasos. Son pinturas difíciles de ver, que requieren no formular hipótesis ni oficiar de brujo, puesto que en algunos casos son más que hallazgos fortuitos e inertes y en otros, por el contrario, carecen de ofrendas.
El libro de su victoria
tiene las hojas calcinadas
para que nadie conozca
el secreto de la humillación final
sino el aullido de la desolación,
la ciega paciencia de la muerte.
(José Lezama Lima)