El color es un elemento de reflexión, obvio es señalarlo, pues con él queda patente la significación de una obra y además es por sí mismo el que inunda el escenario después de levantado el telón.
En el caso del sevillano LEAL la obra así cromatizada fragua la historia y deja que los personajes se asombren por encontrarse dentro de ella, al fin y al cabo ellos también son agentes que militan en el interior de ese cosmos reposado, goteante o incluso en cascada o desbordante.
De nada vale sostener que parte de una determinada tendencia artística puesto que, como dice Clement Greenberg, las mismas son bautizadas por sus enemigos, por eso hoy parecen más el producto de una interpretación errónea y de una impotencia. En cambio, el trabajo de este artista tiene de todo menos de erróneo.
Pero ya te lo dije:
cuando quieras marcharte ésta es la puerta:
Se llama Ángel y conduce al llanto.
(Ángel González).
Reblogueó esto en Vivencias Plásticas.
Me gustaMe gusta
Reblogueó esto en mikileal.
Me gustaMe gusta