FANZHI es el pintor actualmente más cotizado de China, quizá porque para su país es una pintura absolutamente contraria a su sentido estético por ese vocabulario que no ahorra el olor de la sangre ni la herencia de Bacon.
No es un innovador en el sentido estricto de la palabra, sino que es buen oficiante pictórico que se ha preparado un buen plato de vísceras para compartirlo con esos personajes que sólo tienen ojos para devorar y carne para tragar.
Y cuando ya han dado fin al festín, se hacen un autorretrato para tachar el horror de ser lo que son o lo que somos, una sombra que sin haber muerto sigue engullendo vida.
Aquel tiempo
no lo hicimos nosotros;
él fue quien nos deshizo.
(Ángel González).