Lo ha dicho claramente Valéry: el número de lenguajes que posee un hombre influye singularmente sobre el número de posibilidades de encontrar otros nuevos. En el caso del estadounidense TROY no tenemos más que levantar acta y seguir mirando.
Su mundo, síntesis formal y anticonvencional, es un éxtasis consciente de opresión, muerte, racismo, discriminación y fantasía reivindicativa. Su marchamo cromático, de raigambre pop, es agudo, chillón, en una acción paradójica que nos lleva, nos arrastra hasta llegar a esas crudas conclusiones.
Una obra que no confunde los términos ni los significados aunque les confiere otra tipología de trascendencia, otra tipificación de límites para que los que esperan captar esa nota plástica de puro placer y coreografía, se topen con los pegotes de una sangre que está donde nunca debía de haber estado.
Cuadro tras cuadro
se dibuja la misma figura,
la de un hombre que ha perdido
y se contempla, extraño Narciso, en el estiércol.
(Leopoldo María Panero)
Hi! Someone in my Myspace group shared this
website with us so I came to give it a look. I’m definitely enjoying the information.
I’m bookmarking and will be tweeting this to my followers!
Outstanding blog and great design and style.
Me gustaMe gusta