Los cuerpos rotos y concatenados -¿o encadenados?-, desnudos, del alemán KAUMREY, a pesar de su áspero destino, parecen más invulnerables porque han dejado de mentir y simular.
No buscan armonías fulgurantes ni alardes de perfección, buscan razones para ser, expresan motivaciones y emociones, se inventan o se autodestruyen y para los que les miran les reservan una concepción plástica que aúne la sensación de vida y muerte con la del pensamiento que aguarda a la vuelta de una esquina pendiente de cómo meditar entre lo posible y lo imposible.
Podemos llegar a todas las conclusiones posibles pero guardémonos de vaciarnos en una sola. Solamente hemos de fijarnos en que esos cuerpos manifiestan la complexión desterrada del cuadro de honor de la pureza, porque así llegan antes a la fuente desoladora designada, aunque sin ignominia, sin rendición y con la verdad desnuda a cuestas.
Sobre la voz que va excavando un cauce
qué sacrilegio este del cuerpo, este
de no poder ser hostia para darse.
(Claudio Rodríguez)
Please correct the name: KRUMREY
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