Las imágenes del sevillano GUERRERO carecen de un prontuario que seguir, ellas mismas se construyen, se yuxtaponen, devienen signos, hasta que su abstracción queda casi en definitiva.
Además tienen toda la frescura cromática en orden a conciliar una práctica que les sirve para añadir, enhebrar, muralizar, singularizar, asumir riesgos y no fallar.
Sus paisajes tienen la dimensión de lo que no ven el exterior, pues la suya es otra, que si bien nacida de un cálculo esa plástica se va deslizando espontáneamente por otras fronteras, por otros horizontes.
pero los hombres de mala voluntad
no serán provisoriamente condenados
para ellos no habrá paz en la tierrita
ni de ellos será el reino de los cielos
ya que como es público y notorio
no son pobres de espíritu
(Mario Benedetti)