La anatonomía humana aún ahora siempre guarda resquicios plásticos por los que introducirse y reflejar hallazgos, enfoques, resonancias, efectos, que nos ponen ante la vida y la muerte.
El francés STEYER utiliza su amplio campo de operaciones de su hacer artístico para centrarse en las posibilidades de unas sonoridades visuales que resuelven el acto en sí mismo. Esas formas están ahí, son la segunda capa del existir y exigen ser la primera.
Pero tiende a dulcificar esas improntas con un cromatismo que las hace poéticas y hasta juguetonas. Son las señas de identidad de sus creencias pictóricas, de sus tendencias a considerar de esta manera la condición humana, rozando el juego, la ironía, una realización de la que se disfruta más que se padece.
Seguro de mi vida y de mi muerte, miro los
ambiciosos y quisiera entenderlos.
Su día es más ávido como el lazo en el aire.
Su noche es tregua de la ira en el hierro, pronto
en acometer.
Hablan de humanidad.
Mi humanidad está en el sentir que somos voces de
una misma penuria.
Hablan de patria.
Mi patria es un latido de guitarra, unos retratos
y una vieja espada.,
la oración evidentes del sauzal en los atardeceres.
Más silencioso que mi sombra, cruzo el tropel de
su levantada codicia.
(Jorge Luis Borges)
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Vivencias Plásticas 