Escribía Francis Bacon en su diario que la pintura no es agresión, sino violencia. La primera necesita un receptor, la segunda no. La violencia es, por tanto, mucho más pura.
La brasileña LONGO nos transmite a través de sus imágenes un duro mensaje de violencia , que no sólo no se queda en la mera representación sino que la vincula a la utilización de un soporte que la hace más explícita, más desasosegante, más demoledora.
Se configura como esa forma de percibir el mundo desde otras visiones, actitudes y compromisos, desde otras verdades no cegadas ni acalladas por su impregnación estética, al contrario se hacen más incisivas y lúcidas sin incurrir en retóricas fuera de espacio y sitio.
La primera plenitud,
la que besaba en el sueño,
la que nos abre los ojos,
la que nos crea de nuevo.
(José Luis Rey)