El argentino MENZA se ha puesto en el lugar de lo que sale de sí mismo para manifestar sus dudas respecto a los valores que sostienen su obra, puesto que indefectiblemente ésta se rebela continuamente.
No quiere ser etiquetada ni definida, lo que propone es su propio concepto de belleza y de crear el caos. También el horror si es necesario.
Con ello no niega a Keats, pues sólo cree en la pureza del corazón y en el todo-poder de la imaginación. Conseguido eso en su propuesta plástica, ya lo ha transformado hasta lo absoluto.
Huelo mi sangre de los astros.
Quiero mi sangre de los cielos.
Cálidamente llueva sangre.
Me moje en sangre todo el cuerpo.
(Carlos Bousoño)