Escribía Charles Baudelaire que una buena pintura, fiel o igual al sueño que la alumbró, debe ser creada como un mundo. Lo mismo que la Creación que vemos es el resultado de varias creaciones, de las cuales las primeras fueron siempre completadas por los siguientes, así también una pintura, si está tratada armoniosamente, se compone de una serie de imágenes superpuestas, donde cada nuevo estrato presta mayor realidad al sueño y le hace elevarse un peldaño más a la perfección.
Transcrito lo cual poco queda ya más que decir, porque como señalaba Didi-Huberman: la visión, con independencia de su objetiva verificabilidad, permanece siempre incorregible: ella es la que nos da, a pesar nuestro, la irremediable consagración a los sueños, a los fantasmas o a los deseos de los que está, consciente o no, completamente grávida.
Las abstracciones del cubano DE ORAÁ, a pesar de que está sujeta a una simetría global en todos los aspectos y apropiada y ajustada a esa ebullición de planos, perspectivas y gradaciones cromáticas y tonales, se sirve de mitigada desviaciones que le suministran una determinada animación, tal como recomendaba William Hogart.
¡Los cotilleos son deliciosos! La ciencia histórica no es más que un cotilleo. Pero el escándalo es el cotilleo hecho aburrimiento por la moralidad.
(Oscar Wilde)
Mes: abril 2015
OSCAR RODRÍGUEZ LASSERÍA (1950) / AUNQUE ME RETUERZA QUEDO DENTRO
Decía Albert Camus que cada artista alimenta su obra y su vida con una única fuente, sin la cual se marchita y se agrieta.
En el caso de la plástica cubana, y concretamente en LASSERÍA, sondear en las raíces profundas de su trabajo, de su proceso creativo, es su único recursos para develar la vida de su angustia.
Tan cierto es como que la obra nunca está cerrada, va acabándose constante y permanentemente, esta imaginería toma el pulso a la entraña de un aislamiento, de un enjaulamiento, que marca su éxtasis final cuando ya lo morfológico sea imposible.
No se trata de transgredir sino de enmascarar fuera de límites, dar vuelta a lo que ya está de vuelta, cambiar la piel por un cuero más duradero, más ferruginoso. Una dicción extraviada aunque que sólo sea para rondar los olores de lo que hay afuera.
Tú, cuya vida es una absoluta mentira, ¿cómo podrías decir la verdad acerca de algo?
(Oscar Wilde)
YANG MAOYUAN (1966) / LOS DEJO QUE MADUREN
Si se detienen ante la obra del chino MAOYUAN den de baja a su antigua manera de pensar y de ver, la que fue siempre suya, déjense vencer antes de posar su mirada sobre estos bustos desfigurados, desposeídos, encasquetados, callados, hibridados.
El artista, dando a Occidente su parcela de venganza, retuerce los ejes, destruye correspondencias simétricas, altera proporciones, destruye identidades orgánicas, no completa e intercepta o interfiere el modelado con morfologías extrañas.
Es un artífice de lo contracultural, de lo opuesto, de la simbología y de la forma desencajada, reprimida, ahogada en mutismos y reseca de lágrimas perdidas y no cuajadas.
La vida es demasiado importante como
para hablar seriamente de ella.
(Oscar Wilde)
KATHARINA GALLAND (1980) / ¿QUIÉN HABLA DE SERES INANIMADOS?
La imaginación no es sólo el hallazgo de una forma nueva para un contenido viejo o, lo que es lo mismo, una concepción nueva para un tema viejo, sino que también ha de ser una derivación del medio concreto en el que se crea la obra, porque no viene determinada por el estilo por las propiedades físicas del material, sino también por el estilo de un artista concreto o una cultura.
La holandesa GALLAND sigue estas premisas de un teórico al pie de la letra porque en el conjunto de su trabajo forma y materia interrelacionan, intercambian ideas de representación, se erigen como las procreadoras de cúmulos vitales y seres en existencia física visionaria.
Se constatan y verifican procesos del hacer, del constituir, de una simetría encarnada en la metáfora y el símbolo de lo superviviente, como de lo emocional y sagaz de un encuentro que asoma tras la extrañeza y búsqueda iniciales y persistentes, que dejan siempre huellas visibles y clarividentes.
Preferiría perder a mi mejor amigo que a mi peor enemigo. Para tener amigos sólo es preciso ser amable; pero hay algo miserable en el hombre que se queda sin enemigos.
(Oscar Wilde).
PIOTR UKLANSKI (1968) / PUERTAS Y TÚNELES QUE SE ABREN EN EL SUEÑO
Lo dijo un autor: la fuerza verdadera de una obra reside en sus numerosas raíces que, en términos de significación, no podrán ser alcanzados por ningún análisis.
Por tanto, el trabajo del polaco UKLANSKI abunda en componentes visuales, plásticos, decorativos, estructurados en formas orgánicas que remiten a rizomas, bulbos, cepas gigantescas, espectaculares, ideados para dejar la mirada del espectador colgando de una apertura y unas formaciones extrañas y a la vez táctiles, de resonancias lejanas y a la vez protectoras.
Son acontecimientos y experiencias que están proyectadas para encontrar ecos perdidos, materias tramadas, laberintos ilimitados y ficciones legendarias. Así es posible percibirlo o también enfocarlo desde un juego de calibre visionario sin significado más allá del aparente.
Dolor, amor, fragor. La noche llega,
el sufrimiento fue.
La vida toda es lo que aquí se juega
y el hombre puesto en pie.
(Carlos Bousoño)
GERT&UWE TOBIAS (1973) / TANTOS CONJUROS CAMBIAN LA VISTA
La obra se abre para recibir mundos que nos traen de vuelta a otras realidades. Como la de los hermanos gemelos rumanos GERT&UWE que, en aras de refugiarse en ciertos nichos de un imaginario a la carta, crean, fermentan, ajustan, configuran formas, las que Friedrich Schlegel considera fruto de la misión eterna del arte.
Pero en esta imaginería se resuelven problemas de organización, signos y significaciones. Porque la convocatoria es abierta en las líneas que estructuran el producto plástico, aunque mantienen orden y equilibrio, ironía y frescura, simetría de genes y pedigrís, hasta conformar el hecho culminante.
Una simplicidad engañosa delata lo complejo del artificio, lo subyacente, la visibilidad que se encuentra a sí misma proyectando sus mejores galas y escenarios. Es una farsa única pero no estrafalaria, pues ha tenido buenos ascendientes y mejores confidentes. Que hablen y nos lo comuniquen.
Tu tarde está tranquila, el mar abierto;
y tus ojos de diosa
miran lejos el mundo. Es un desierto
que infinito reposa.
(Carlos Bousoño)
MARK RYDER (1963) / NO PARO DE LLORAR
Ha dicho Richard Phillips que cuando no podemos determinar qué es arte, cuando llegamos a ese punto en que no estamos seguros, es muy probable que estemos viviendo algo realmente grande. O hediondo o corrompido, digo yo. O es que quizá, al tratarse de una inauguración, hice lo que el resto de los asistentes: ni siquiera le eché un vistazo.
Excelsas loas ha recibido la pintura del norteamericano RYDER, y es que a muchos nos pasa como a los psicoanalistas, que descubrimos en cada obra de arte genitales y úteros. Yo, en este caso, soy partidario de que le haga un retrato Giacometti a este artista y le comente que de frente va usted a la cárcel y de perfil al manicomio.
No puedo manifestar que me haya emocionado ni que haya visto una aprehensión del mundo, ni una mera simbología, ni metáforas, signos, formas, ni demás. Sólo una tienda de muñecas de mal gusto y de pésima definición.¡Oh Dios mío!, pero no me doy cuenta que es el nuevo pop y lo más contemporáneo de lo surrealista. Perdón, no tengo remedio.
Vale la pena ese final, acaso,
de una noche infinita, abandonada,
en el hondón de un sideral fracaso.
(Carlos Bousoño)
LUIS SCAFATI (1947) / NO SE BAJEN DE ESAS PESADILLAS
El argentino SCAFATI nunca ha perdido el sentido de la línea, el eje sobre el que va a bascular todo su dibujo, el modelado sobre el que afirma el relato. Es casi un virtuoso al que no se le escapa nada mientras haya digerido el rumbo aleatorio.
Pero ese itinerario azaroso no es un fruto casual, es la turbulencia de unas pesadillas, también de unos delirios simbólicos que muestran la amenaza al ser que queda constantemente al albur de la tragedia, aunque se la presenten como un paraíso verosímil.
Para este artista el infierno está tan cerca y tan dentro que además de verlo, lo absorbemos enteramente para así ser sus víctimas, sus espectadores angustiados y pensando que la verdad es la fuente del arte o de la base existencial del mismo.
Un amor por el mundo, por el mundo
de angustiadas sazones, de roídas
esperanzas, de ciegos exterminios:
un mundo pobre de lamida pena,
de triste horror, de ocaso envejecido…
(Carlos Bousoño)
DAVID HERAS VERDE (1970) / CONTEMPLA ESTA INVASIÓN
Dice Neo Rauch que el cuadro ha de penetrar en el espectador como un suceso que solivianta los sentidos o, por lo menos, que conmueve. El observador debe llevárselo a casa metido en el cogote….esto es lo mínimo y lo máximo que cabe esperar de un cuadro.
La obra del madrileño HERAS, al que he tenido el placer de conocer el otro día, no se puede decir que excite o exaspere, en todo caso sería un vislumbre, un centelleo, una irisación recuperada. Y no hay teoría del arte de una u otra índole, sino aquella que huele a taller, como es la propuesta, la suya, que obedece a un significado y a una realidad que brota de fuerzas activas y equilibradas, como partes integrales de una concepción estructural, una cosmovisión que irradia colores claros y oscuros, en movimiento o en fractura, pero que no evita ampliar su riqueza con contrapuntos tanto de conexión como de disgregación.
Es un arte de expresión basado en la emoción de un canto plástico, fundamentado en una formulación técnica que lo lleva a esa culminación, y a la diversidad, a la yuxtaposición, a la no jerarquización, al encuentro sosegado con un sentimiento que se desahoga con la contemplación del espacio pintado, del gesto que lo ocupa, de la dimensión que lo traspasa.
…Luz remota que un día
preguntaste inquiriendo,
y que al otro, cansado,
quedó fija en tu sueño.
Duerme sin fin, descansa.
Duerma y sueña con esto.
(Carlos Bousoño)
VICTORIA REYNOLD / UNA MERA AUSCULTACIÓN
Ya sé que mi obra no obedece a una corrección política ni una política identitaria. Y eso de que no he creado un objeto, como dice Anish Kapoor, sino una mitología a través de la cual poder leerlo es muy discutible.
Tampoco es un escaparatismo seudocientífico ni una búsqueda impertinente de síntomas clínicos, y menos una medición de minucias. Simplemente me inspiro en lo que escribió Goethe, respecto a que cuanto más perfecta es la criatura, más desemejantes llegan a ser sus partes.
Mas lo auténtico proviene de que esta pintura es portadora de un significado, una afirmación exacta y anatómica acerca de la naturaleza de nuestra existencia. Es, en el fondo, la embriaguez por la belleza intestinal, por la morfología ambivalente de unas entrañas que son simulaciones vivas, entes escapados para ser retratados e inmortalizados, comprendidos y sentidos.
(Quién sabe si hay la calma tras el viento sombrío.
Si bajo de la sombra está otra vez la aurora.)
(Carlos Bousoño)