- Los laberintos emocionales acaban en ensoñaciones creativas cuando la lucidez tiene el don de reflejar sus formas dentro de ese espacio único y cósmico, porque él es el receptáculo idóneo para sus múltiples surcos.
- El dominicano PEÑA, nativo de ese mundo tropical y caribeño del que emana una química de luz, quimeras e imaginarios, se vuelca en la configuración de unas imágenes que tiene en sí mismas la fuerza de un misterio.
- Misterio que se mueve, se desplaza, traza fulgores y sombras, siluetas, caras, superficies, esferas, en definitiva, un universo del pasado y del presente, que se postula para el futuro y sus consagraciones.
La palabra caduca al infinito, deja temblores, ve la luna con nubes que la tapan.
(Juan Gelman)