- Estas instalaciones de la irlandesa del norte WILKES son horribles, pero más por lo que evocan que por lo que son, más por lo que tiene de cercano y afectivo. ¿Tan ridículos somos que nos vemos retratados en ellas, o son otros, otras familias, etc.?
- No queda ninguna duda en cuanto al contenido crítico que destilan, la ironía y el alcance de su reflexión, si bien su configuración es tan exacta, tan repugnante, a la que nos dirige inteligentemente para definir una realidad que deploramos, que al final la vemos rápido y de pasada como un forro para encerrar su presencia.
- Podemos catalogar, en definitiva, a esta autora como una emprendedora supuestamente independiente que fomenta la invención, el relato, la emoción, y no es esa accionista del mercado del dinero que comercia con productos derivados.
Quien piensa vivir en esta tierra se arrulla con una ilusión cuya evaporación sería importante acelerar.
(Los Cantos de Maldoror)