- La estadounidense GROSSMAN tiene una idea muy concreta y plástica del hombre: su falta rotunda de humanidad, tanto como para al final ser un homído de cabeza de piel de cremallera o, en un grado más allá, unas piezas de chatarra tomadas de una escombrera.
- Indudablemente son esculturas e instalaciones fulminantes, estrepitosas y transgresoras, lo que no quita para que su halo visual sea directo e incisivo. La artista ha abordado esta convicción desde un prisma material y espiritual muy determinate en su significado.
- Así es como poniendo en práctica lo que sabe, ha conseguido comprender lo que desconocía en su resultado final, experiencia a la que ya era proclive Rembrandt en su tiempo.
Si los libros no importan
si los otros no importan
si tú si yo no importan
si la dicha no importa
si la vida no importa.
(Idea Vilariño)