- Las pinturas del madrileño DÍAZ, en las que se perciben ese cúmulo de relaciones de forma, color, espacio y estructura, es decir, los ritmos del dominio del artista, son para el espectador, una sinfonía entrevista durante el sueño, que al amanecer se convierte en una realidad viva.
- Al margen de la sensualidad y refinamiento de su enfoque plástico (la formulación cromática es una encarnación deslumbrante), destaca el perfecto ajuste entre esa ciudad que nos agobia en su rutina y la que él plantea con toda una sabiduría pictórica y sentido de la fantasía, que se transforma en el hilo de otra historia y otra leyenda.
- Por lo tanto el trabajo del pintor está penetrado por su experiencia del mundo, y esa pintura en cuanto experiencia poética transfigura el universo. Así es como el cuadro es una metáfora (Soulages).
yo me quedo con lo puesto,
con el reflejo de una mirilla transparente
y su visión en el portal.
(Tomy Martínez)