- El gran fotógrafo madrileño AYUSO logra milagrosamente que esos seres tranquilos tengan ideas, las cuales son fruto del ejercicio crítico del pensamiento. Castigan nuestra vanidad, nuestra alienación, nuestra corrupción, nuestro narcisismo, el no ser más que maniquíes sin voluntad, exhibicionistas de nuestra nada.
- Los escenarios están perfectamente escogidos para que la trama urdida entrañe una visión sólida y cargada de significados, que se manifiestan con un contraste visivo y plástico. Al final no sabemos si como espectadores queremos ser ellos para no caer en las garras de sus análisis y observaciones. Bajo su mirada curiosa y plácida, se esconde una ojeada implacable.
- No cabe duda que la simulación alcanza la certeza y con ella el impacto de una operación que separa la imagen del medio semántico que le correspondería y la inserta en el nuestro imponiéndole una nueva significación. Un talento de tahúr inigualable.
Los bautismos del mar son indelebles.
(María Zambrano)
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