- Un total de novecientos graffitis fueron los que poblaron las paredes de Zurich, obra de su conciudadano NAEGELI. Los dibujaba de noche, ocultándose, en silencio, marcando su recorrido como el que dejaba el meado de un perro.
- Fue perseguido, tuvo que huir, lo condenaron a cárcel, regresó y cumplió la pena, y ahora en Alemania, no en su patria -porque no se trata de dinero sino de una vulgaridad horrible-, es un autor reconocido.
- Como rechazamos que sean una muestra icónica de nuestra laureada sociedad, les quitamos todo valor artístico, y en cambio lo tienen y mucho, porque saben reírse y confrontarnos con la sabiduría plástica del que con pocos medios crea un imaginario que nos ridiculiza por nuestra mezquindad y carencia de condición humana.
Agonizar es no poder morir a causa de la esperanza.
(María Zambrano)