- Entre el color, la tonalidad, el brillo, los signos estelares, los espacios indefinibles, va discurriendo una obra que restándole una figuración diluida, va abrazando la causa de la abstracción. El mismo Fernand Léger decía que lo abstracto era una liberación del arte contemporáneo.
- En el caso de la obra del polaco ARDÓN su maestría polícroma queda puesta de manifiesto en esa vidriera, en esas piezas que texturizan y significan lo que constituye un quehacer en lo que lo místico le confiere un pulso palpitante.
- En definitiva, se dan las características de un concierto plástico muy bien hilvanado que nos sorprende con un imaginario que por primera vez se abriese para proyectar el vínculo con una cosmología milenaria.
Y la memoria le atribula.
Sabe que saben sus flaquezas.
(Manolo Romero)