Hay citas que son ineludibles y que no soy capaz de omitirlas, como la de Marta Zatonyi, referida a que «la interacción del sentir, percibir y saber permite un incesante crecimiento en relación con el arte: abrir mundos, profundizar la relación con el arte ya conocido, mirar hacia el arte del otro, reconocer e interpretarlo, entender el universo simbólico de la creación artística, valorarlo y gozar de él».
Para entonces ya estamos alerta y cuando vemos la figuración del cubano POZO CRUZ detectamos su alejamiento de las propias referencias visuales en función de su origen, y su encuadramiento en las más acordes con la iconografía europea fundamentalmente.
No por ello dejamos de advertir una semántica englobadora, rica en vicisitudes, en capacidades creativas que hacen del simulacro un ardid para que las soluciones plásticas tomen el sino culminante que postulaba su inicio.
Construcciones que se sirven de todos los signos, de…
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