El orden o el sistema también pueden y hasta deben ser objeto de desintegración en la obra de arte porque son innumerables y diversas las formas, las materias y elementos que quieren aparecer caóticamente en su superficie para alcanzar la luz.
Y en tal sentido y términos, Javier de Benito, joven artista de Fuente El Saz/Madrid que presentaba su trabajo en la FAIM (Feria Independiente de Madrid), transforma sus planchas en una aleatoria conformación plástica de indicios, fragmentos de memorias, vestigios, sedimentos, círculos, huellas, signos, placas, pigmentos, restos, estelas y surcos, evidencia de que la geografía y geología del hombre abarcan todos esos ingredientes que quieren mostrarse en toda su intensidad y crudeza, con el fin de que nadie, una vez ya a la vista, pueda negarlos.
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