- En sus actuales exposiciones en la sala Canal de Isabel II y en la Fundación Canal, ambas de Madrid, el español CANOGAR (de talento excepcional) nos sitúa ante un discurso del que ahora lo vemos todo y antes apenas habíamos observado nada. Hay muchas razones y causas, pero una de ellas es que no lo hemos concebido como fuente visual y plástica.
- Y para pensarlo y percibirlo ninguno mejor que un montaje cuidadosamente estructurado, meditado e imaginado, maravillosamente lumínico y con un marco ceremonial solemne. La escenografía que rodea la trama es más que el escote, es todo el cuerpo magnificado por el silencio, el goteo, el ruido del infierno, la penumbra y el ojo metafórico del tuerto.
- Con contemplar despacio, teniendo la mirada suspendida y abierta, la mente captando el proceso y desarrollo (han de convivir necesariamente ambos), estamos convencidos de que la estética ya está bajo los versículos de otros albores…
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