Páginas de nuestra historia nacional pintadas como una declaración de certezas y como huellas y vestigios de una España agónica, dura, doliente.
El español FERRER no se anda por las ramas plasmando con gran realismo esas escenas que conmueven y señalan, que son la representación de una carne y una piel maltratadas, pobres y condenadas.
Es una pintura con un significado claro y determinante, pero no por ello menos alucinante y conjurada en su épica expresiva, la de la derrota que no cesa y nunca acaba.
¡Oh la vida, la vida,
que en dolores se extiende
y en proyectos se abrevia!
(Alberto Vanasco)