- El encuadre de estas obras es tan frontal que implica el peligro de que si estamos delante de ellas nos puedan absorber. El coreano JOY configura sus representaciones como fragmentos, simulados o no, de un todo que nos relata unas historias en clave de cómo se han concebido.
- Trazos gruesos, colores palpitantes que hacen al final lo que quieren con las formas, que, de todos modos, subsisten, marcan y señalan. Las fuentes orientales están por debajo y las occidentales por arriba.
- Los ladridos que daba Picasso el artista los ha centrifugado, le salen otros quizás más ruidosos y bullidores, pero no nos imposibilitan el diálogo con ellos, tampoco nos imponen, dejan que la visualidad fluya como una encarnación pagana.
Pero el hombre no existe.
Nunca ha existido, nunca.
Pero el hombre no vive, como no vive el día.
Pero la luna inventa sus metales furiosos.
(Vicente Aleixandre)