- Mientras haya artistas como PEDRO S. MORILLO el arte tiene asegurada su permanencia. Solamente un maestro que conserva una convicción férrea y que lleva toda una vida con una entrega tan apasionada a ese quehacer puede emprender con éxito la aventura de convertir algo que no existía en un Centro de Arte en una pequeña población manchega.
- Toda su obra y de otros autores queda así asentada y abierta a la visualización pública, al mensaje y al conocimiento, ¿porque es que acaso un artista no es un forjador de conciencia visiva? Claro que sí y hoy tendría que ser más que nunca, pues el horizonte vital del espectador español está en juego y, por tanto, únicamente estas cosmovisiones semánticas y artísticas le proporcionarán una existencia más sincera y veraz.
- Pedro siempre ha sido un pionero y un innovador, imbuido de un espíritu de modernidad y contemporaneidad, de talento plástico y sentido renovador de las formas, los procedimientos y los valores.
En el acto inaugural del pasado día 23 de junio el gobierno municipal dio su apoyo y contribución firmes -esperemos que nunca falte- a un espacio inédito en cuanto a sus características en toda la Comunidad manchega. Con lo que se demuestra que lo fundamental del desarrollo del ser humano es la cultura, elemento básico en el progreso de un pueblo y en la inserción de su lugar en la topografía estética del mundo.
Y por último, señalar que este Centro de Arte es el ejemplo de una realidad que en estos momentos no es muy propicia, por lo que dedicar este inmenso esfuerzo en un páramo tan indiferente, constituye toda una respuesta de futuro y esperanza para un universo artístico tan deteriorado. De ahí el dejar constancia de las extraordinarias vivencias y experiencias de una iniciativa de esta magnitud. Ojalá cuaje más allá de sus muros.
Alma afuera, alma fuera del cuerpo, planeando
tan delicadamente sobre la triste forma abandonada.
(Vicente Aleixandre)