Dice Castro Flórez que la mejor de las subversiones es la que desfigura a los códigos en vez de destruirlos. Añado que también la que se los salta o la que los hace saltar y hasta bailar, que lo mismo da.
Y para qué hablar de la filiación plástica y cultural si en la actualidad la identidad de una y otra no es algo fijado, sino siempre híbrido (Stuar Hall).
Penone señalaba que ser escultor es ser río. Pero se olvidó el que ser artista, como en este caso el uruguayo LAZARINI, es delirio, pasión, caos, desestructuración, emoción, éxtasis, fantasía, análisis, crítica, enajenación y hasta desatino. Su obra es para gozarla en todos los sentidos y en todos los términos. Es callejera, provocadora, creativa y festiva.
Con la piedra en la frente,
el hombre cumple ciclos de soledad,
remonta una vejez inmóvil que no tiene cifra.
Donde su luz no…
Ver la entrada original 22 palabras más