- PEDRO MORILLO se dotó de una misión y la está llevando a cabo. Ha intuido casi desde niño que tenía la facultad de crear y eso es lo que ha hecho durante toda su vida, y que todavía sigue haciendo conforme a todas las facetas del arte.
- Por consiguiente, no es nada raro que haya construido en su pueblo de La Mancha, Pedro Muñoz, con sus propias manos, su templo y galería, su taller, pinacoteca, museo y sala de exposiciones, donde a su vez da a conocer su colección propia y ajena. Y como artista acogedor que es, dará cobijo a aquellas exposiciones de otros autores, de otras manifestaciones estéticas, que tengan a bien acercarse hasta allí.
- Podemos así interpretarlo casi como una lucha utópica y simbólica de la creación en pos de una eternidad del arte, que es esa infinita búsqueda de la expresión humana que a través de creadores como él nos es dada.
Y también, dada la situación artística y cultural actual, estamos, en definitiva, ante una empresa personal y épica, visionaria y fabulosa, que tiene en su carácter emblemático y en su sentido patrimonial, una dimensión colectiva de proyección universal.