Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
Decía Schopenhauer que en toda manifestación exterior -como es la pintura- hay una alusión a regiones interiores esenciales. Ésa si es una buena medida para conceptuar la abstracción.Para la colombiana MANRIQUE la estructura de sus obras no juega con réplicas, sino que constituyen por sí mismas la simbolización a través del color de reflexiones y vivencias que son la constancia de una vida en desarrollo.
Las siluetas tirando a oscuras que se erigen en reguladoras del espacio marcan con señales las continuidades o discontinuidades, lo que queda como huella, lo que codifica como territorios fragmentados y que es el depósito plástico del sentimiento expresado.
Con gallina en pepitoria, bien se puede ganar la gloria.