- La obra de arte ha de ser fluida, subjetiva, animada, puramente sensible. Se dice que las ambiciones de algunos artistas es representar el mundo interior que les habita, prescindiendo del contacto con la realidad física inmediata y traduciendo sus sentimientos y sus impresiones más íntimas.
- El argentino HOLZ, artista que se remite a sus fuentes para generar otra realidad, se ensimisma en construcciones imaginativas y de cromática efervescencia que ponen en juego las pulsiones de su vida instinto-afectiva y sus impulsos emocionales.
- Así afirma su individualidad y creatividad y su libertad, jugando con formas que se vuelven antiformas, con volúmenes y colores. No hay sistemas ni estructuras impuestas, sólo se desenvuelve un hacer a su conveniencia e inspiración.
El diablo, harto de carne, se metió a fraile.