- Decía Richard Wollheim que la expresión pictórica ha de estar controlada y fomentada por la memoria reflexiva de la emoción. Incluso cuando el artista está pintando, esta actividad suscita la reflexión y la memoria.
- Por lo tanto, el chileno MURUA, al interrogarse sobre el mundo, ha de crearlo primero desde un nueva concepción plástica que desde distintos parámetros de dibujo y color le proveen de un amago de verdad, la que al serle insuficiente, le obliga a continuar su quehacer de por vida.
- Es todo lo contrario a una pintura ilusionista, ya que no tiene fondo óptimo en que recalar, pues sus enunciaciones vienen unas detrás de otras en un diálogo imparable y en una regeneración constante. Mas acaban habitándonos.
Hasta en los mocos hay linajes: unos son sorbidos y otros guardados en encajes.