- Señala Roger Vigouroux que el espectador interroga sin cesar la realidad artística, establece estrategias de análisis en función de sus observaciones y de sus deseos y se disuelve, proyectando en el cuadro los efectos emocionales que habitan.
- Estos enfervorizados retratos no marcan una identidad física concreta, sino un sueño que posee una dimensión de una humanidad que no cree en sí misma, aunque su pensamiento sea una constante que balbucea en el espejo que se mira.
- Su autor, el ucraniano MORSHCH, nos ofrece la imagen de unos iconos que voluntariamente se han desprendido de su aura y maldicen el tiempo y el espacio en el que viven. No llegan a ser engendros porque su plasticidad les ha bendecido.
Con tres pes abrirás camino: pan, paciencia y padrino.