Viendo esta obra empezaremos a flirtear con muchas cualidades de lo palmario introspectivo. Aunque no nos vaya eso de que en el arte moderno o contemporáneo entender el concepto es lo fundamental, es más importante una abstracción sentimental por la que el sentir está en la misma onda que el pensar.
En esta propuesta plástica del español VERA, del Grupo Zaragoza, da lo mismo, repito, que hablemos de una promiscuidad referencial, alusiva y vital de lo coetáneo, lo esencial es la impronta tenaz de un algoritmo que solventa eficazmente la voluptuosidad de una pintura que mientras juega, se reinventa y crece, hasta se divierte.
Y en ello está la apuesta, pues ya los engranajes recreativos se hacen método y conjura, aunque manifiesten una verdad que no es tan ciega como para irse despidiendo sin la alegría del esparcimiento.
La coyuntura creativa felizmente acabada se hace eco en los signos que…
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