Decía Fried que la tridimensionalidad de la escultura corresponde al entramado fenomenológico en el que existimos, nos movemos, percibimos, experimentamos cosas y nos desplazamos con los demás. Su corporeidad, aún en su forma abstracta, y la nuestra propia son las mismas.
Si yo como receptor reflexiono sobre mi propia capacidad perceptiva, sobre el efecto de determinadas formas sobre mí, parto, con relación a la obra del argentino STÁFFORA, además de unas determinadas coordenadas espacio-temporales, que se convierten en intemporales, en una biografía dentro de un contexto del horror.
Sus esculturas son tanto cuerpos como instrumentos; respecto a los primeros, unos vehículos metafóricos llenos de significados; en cuanto a los segundos, potros de tortura que horadan, pinchan, sajan, infligen un dolor que nunca ha cesado.
<img src=»https://goyovigil50.files.wordpress.com/2015/07/osc4stafforta-esculturas-en-la-calle-8.jpg» alt=»osc4STAFFORTA ESCULTURAS EN LA CALLE (8)» width=»490″ height=»546″ class=»aligncenter size-full wp-image-8049″ /> En definitiva, que según testimonio de Kropotkin, el artista no puede…
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