Desenterremos a la pintura, volvamos a tomarla como argumento, por el pathos irrenunciable con el que llegamos a conocernos más, sin que tengamos que incurrir en esgrimir barreras rutinarias o esa desesperación, de la que hablaba el cubano Rufo Caballero, por la última tendencia u hornada, que no obedece tanto al legítimo amor por el arte como a una fanática devoción por lo último como ideal de una falsa y epidérmica actualidad.
Mas en esta obra del andaluz SÁENZ hay que remitirse a las palabras de Sigmar Polke, con el que no tiene nada que ver, pero sí escuchar:
«Primero tienes que mirar…..tienes que observar, llevártela a la cama, no dejarla fuera de la vista. Acaríciala, bésala y reza, haz lo que sea, puedes patearla, ignorarla. Cada pintura necesita un tratamiento distinto, no importa cuál». Efectivamente, en estos interiores no apreciamos al ser que los habitó, en cambio sí su…
Ver la entrada original 104 palabras más