- El sudafricano NDZUBE, en su obra, nos descubre unos artificios fulgurantes basados en sus orígenes, en una concepción de la forma y el color que se ajusta a ellos y los reconstruye bajo unas vivencias y una estilística muy personales.
- Pero su mundo visual adquiere una seducción inigualable, desde unas duras realidades de partida hay un traslado a confines imaginarios y fantásticos, que son el contrapunto de lo que fue. Su capacidad plástica, pues, le permite generar unas escenas oníricas apasionantes.

- Además, su pintura es la base de unas instalaciones que se conjugan y asocian de una manera delirante, incorporando personajes con cabeza o sin cabeza, que vuelan o caminan, que no revelan su identidad porque nunca la han tenido.
