
- El arte, en la época actual y precedente, va tomando derroteros que para algunos son insultos a los cánones de una humanidad selecta, tanta, estiman, es su espiral de miserias y derrumbes. Sin embargo, están paradójicamente encantados de coleccionarlo y encontrárselo por casa y darle los buenos días.

- Las esculturas de la británica tienen ese efecto: el ser una sorpresa irónica y descarnada para decorar palacios y mear en sus paredes. En la verdad e intensidad de esos personajes percibimos una concepción existencial basada en el indiferente e indigente no humano, aunque si lo fuese tampoco pasaría nada.

- En cambio, por el contrario, necesitamos estos espíritus, su esencia, pues sin ellos, pobre infelices, no nos podemos vanagloriar de lo imbéciles y estúpidos que somos, sin tomar conciencia que tales entes, hemos de reconocerlo, son mucho menos.

- y renuncio a ese tiempo sagrado que pasa
- dejando huellas que después llamarán distancia.
(Odalys Hernández)