
- En su trabajo la norteamericana BROWNE no necesita ni espíritu de armonía ni puñetas. Su figuración es un gran cabreo plástico contra esos tipos blancos que continuamente están queriendo pisarle sus ovarios.

- Las formas con que articula sus imágenes son ineludibles y provocan, con sus trazos inguinales, ese paroxismo que nos acoge sin pretender un mínimo de piedad en la mirada.

- Es, por tanto, una creadora delirante, impaciente y combativa en una sociedad que ella convulsiona por querer engañarse a sí misma. Y lo consiguió por la fuerza y energía de su magisterio pictórico.

- Hay un mundo espantoso, luminoso y contrario
- a la luz de la vida.
(Carlos Bousoño)