Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
SHOZO SHIMAMOTO (1928-2013) / QUE NOS LLEVEN A DONDE QUIERAN
El movimiento GUTAI en Japón fue el principal exponente de la modernidad artística en ese país, y es cierto que habrá que convenir con Michel Fried en que era un expresionismo que destacaba por su elocuencia.
Pero era una elocuencia que conjugaba matices, señas, signos, formas y antiformas, estallidos, zonas, valores cromáticos insólitos, flujos, vertidos y hasta ruegos y preguntas.
El japonés SHIMAMOTO tenía la enorme intuición de de un antes y un después, de establecer un diálogo con la sangre del color, de saber encomendarle el que fuese él mismo, merced a su propia diversidad, el que construyese esa revelación que hay al final de cada obra. Y así lo ha conseguido.