
- Éstas son nuestras sombras, nuestros eternos acompañantes, los que se pasean con nosotros en el perpetuo devenir de una vida que para ellos no es efímera, pero para nosotros sí.

- Poseen otras facciones y su mirada no está fijada en el exterior sino en el interior, que es donde tiene lugar el acontecimiento y las visicitudes que los han marcado en su camino hacia la muerte.


- Llovía mucho sobre la ciudad, pero tan sólo ibas,
- abriendo el paso de tu soledad,
- con tu penar, cual muerto que anduviese
- hacia la tumba.
(Carlos Bousoño)