- Me encontré con el cubano ALARCÓN por casualidad, pero el albur impredeterminado venía con premio, el de una obra que como señala Nelson Goodman sentimos en nuestros huesos y nervios y músculos además de ser comprendida por nuestra mente…..toda la sensibilidad y receptividad del organismo participa en la invención e interpretación de los símbolos.
- Y es que los rompecabezas sabios de este artista configuran secuencias biorrítmicas y alegóricas, en las que esas concreciones figurativas y abstractas el gen caribeño, tropical, se hace carne y fantasía, luz y vida.
- Siempre esa impronta que conforma en el espacio un vehículo para engranar realidad y quimera, para representar sentimientos, pensamientos, experiencias e ideas. Sus mundos coreográficos y flotantes no necesitan explicación, solamente miradas que les hablen y conciten vivencias comunes a compartir y celebrar.
- Mas él se veía a sí mismo negando, negando siempre, la continuidad, porque creía que la vida, la lucha, estaba en un quieto contemplar…
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