No sé si el cubano VIZCAINO, al mostrar su obra, quede satisfecho con la crítica que le hagan, pero conviene recordar lo que han dicho sobre cuál era el espíritu que la guiaba desde casi su inicio.
Baudelaire manifestaba que la crítica de arte debe ser parcial, apasionada y política; quiere esto decir que ha de hacerse desde un punto de vista exclusivo, pero de tal forma que resulte capaz de abrir los más amplios horizontes.
Para Omar Calabrese la crítica de arte está hecha de un lenguaje etéreo e incomprensible (¡quién soy yo para discutírselo!). Es más, conscientemente incomprensible, con el fin de dar prestigio a discursos carentes de contenido y cínicamente encaminados a crear tanto un aura intelectual para el crítico como un aura creativo para el artista.
E insiste: consiste en delimitar el discurso crítico como discurso de élite, culto y críptico. La forma poética, secreta, enigmática…
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