Decía el clarividente y tramposo Marcel Duchamp que el artista que consuma el acto creador no es el único pues el espectador establece el contacto de la obra con el mundo exterior, descifrando e interpretando sus profundas calificaciones para añadir entonces su propia contribución al proceso creativo.
Sin embargo, en lo que se refiere a la artista de Bermudas ANTONI no es cierto, porque, cuando acampamos nos dejó sin enviar el mensaje, permitió que la vaca se lo comiera después del baño y se llevara el móvil. Mantuvo la tesis de que tal jeroglífico nos haría inencontrables, ya que interpretarlo les llevaría destruir lo mejor de la época dorada. Y es que el centro, donde estamos, es ahora un no-lugar en el que pueden entrar en juego numerosos signos y presencias a condición de que no se espere de ellos ni ideas esenciales ni principios intocables (María Bolaños).
De estos…
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