Esas cabezas, estatuarias algunas, aparecen como formas cinceladas vengadoras o victimas boca arriba de sillas boca abajo. Texturizadas, goteantes, manchadas, veladas, no duermen ni viven en paz, marcados por los estigmas de signos y sangre.
Para el español CORRES sondear lo impredecible, hurgar en busca de fantasmas porque ellos son su fiel reflejo de una visión pictórica que cree en el deslumbramiento, con ceguera o sin ceguera, es su pasión, su forma de ser y mostrarse en su quehacer.
En su enfoque plástico, la tensión es un proceso en constante crecimiento hasta ese final, que es la desnudez de un misterio que vivifica lo configurado como un hecho volcado y despiadado.
No está mal:
cada sabio, su problema,
y cada loco, su tema.
(Antonio Machado).