
- GUILLERMO SIMÓN es todo lo contrario de lo que Gillo Dorfles consideraba un auténtico peligro: la fetichización del elemento técnico y de la inevitable separación del elemento creativo del poético.

- Todo lo contrario, la fusión de la carga creativa y poética baña extensiones rebosantes de ese deslumbrador cosmos, génesis de una naturaleza que en un momento dado podría salir de sus límites y zambullirnos en su inmensidad e infinidad.
- Por cuanto es así como las obras de la serie «Génesis» le quitan la máscara al ente acuático y lo deja al descubierto, hasta que esa descodificación que se ha llevado a efecto nos arrastra en el momento siguiente a un nuevo y subyacente cifrado más simbólico y mítico.

- Y es que las ocultaciones y apariciones son simultáneas e infinitas tanto interior como exteriormente, sus lecturas y visiones otro tanto, y sin olvidar su veta romántica de la indisoluble unión de color y movimiento, equivalente a la expresión de su espíritu oceánico. Con él, con su hacer, el piélago alcanza otra dimensión.

- Sólo algún dios socorre
- Con su ejemplo a aquellos
- Que nada más pretenden
- Que el río de las cosas.
(Fernando Pessoa)
