
- Encontrarnos de frente con estas esculturas vivientes nos impone muchas sensaciones, pues su desnudez, su carnalidad, sus gestos, su volumen y tamaño, la condición de la materia y su pátina, sus expresiones, sus movimientos, la desmesura de sus miembros, nos enfrenta con la naturaleza humana y su mortalidad de origen.

- El noruego ARNESEN no idealiza, ni santifica, solamente nos despoja y nos revierte, y erige el cuerpo en la negación de falsas creencias, en la inseminación de un pensamiento mortífero y perecedero que cuando se transforma en icono queda como un numen perdurable en la esquina de un museo o en un altar pagano.

- Ante estas creaciones el pathos queda con el ánimo en suspenso, pletórico, por otra parte, de un renacimiento que ha de confundir, también estremecer y reanudar asimismo una historia que estaba pendiente de ajustar prácticas que no pueden caer en el olvido.

- La palabra expresa lo real del lenguaje, pero no lo real de lo imaginario.
(Roa Bastos)