
- Mi amigo, el artista manchego MORILLO, estuvo a punto de salir en un viaje sin retorno a causa de esta maldita peste -ahora la llaman de otra forma-, pero si hay algunos que mueren dos veces, él resucita hasta tres y más.

- Pues, si como dice Roa Bastos, que únicamente el semejante puede escribir sobre el semejante, y únicamente los muertos pueden hacerlo sobre los muertos, él, una vez resucitado, pinta sobre los muertos y los retrata como si estuviesen vivos.

- De esta forma, no los deja en el olvido, ese olvido que no quiere para él ni para nadie, pues en la infinitud podrán disfrutar de una apacible vida difunta y hasta gracias a él podrán mostrarse en esos nuevos mundos de luz que han rasgado las tinieblas.

- Él, en estas efigies, hace que la estructura subyacente a lo manifiestamente visible se convierta en una nueva realidad no visible que hay que revelar y que al hacerlo se manifieste en toda su crudeza y en el potente aullido que se le quedó aciago en su garganta. Pero siendo como es un romántico, agota las posibilidades que aún esconde la verdad y las hace visibles mediante la fantasía que juega y a la vez explora.

- Lo real y lo irreal cambian continuamente de lugar como reflejados por espejos invisibles que giran en órbitas desconocidas.
(Roa Bastos)
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