La soledad de esas formas antropomórficas es el medio de comunicación de un mundo de signos que nos remonta hacia muy atrás y nos deja en una estela muy adelante.
Su sentido guarda un misterio y los vericuetos conceptuales son tan simples como intrincados. Incertidumbres y memoria, desnudez y desazón existencial.
No hay precisión de un entorno terrenal en la obra del holandés FISH, únicamente se ha categorizado un conjunto de visiones que devuelven a la imagen la ceremonia singular con que han sido concebidas.
Entonces decidimos que toda visión era un templo destruído.
Si me vuelvo el adjetivo cae, si no me vuelvo el nombre resplandece.
Si vivimos en la noche más lejana podemos respirar la nebulosa
que nos está conduciendo hacia las playas de la posesión que nunca acaba.
(José Lezama Lima).