
- Para pensar el arte en general acreditamos una serie de oposiciones (sentido/forma, interior/exterior, contenido/continente, significado/significante, representado/representante, etc.) que estructura, precisamente, la interpretación tradicional de las obras de arte.

- Pero cuando estamos ante la obra del francés BOUSCARAT nos da por tirar todo por la borda y liarla con Jacques Derrida y sus palabras referidas a que Heidegger interroga al arte, y más precisamente a la obra de arte, como un advenimiento o como historia de la verdad, pero de una verdad que propone pensar más allá o más acá de la metafísica, más allá o más acá de Hegel.

- Pues sin cambiarnos de lugar, que tampoco es necesario, lo evidente y verdad es que el autor realiza un sabotaje en toda regla, que es luminoso, sensacional y reflexivo. Sus piezas enuncian un significado de puertas cerradas y un desmaquillaje que embadurna nuestras creencias estéticas como el fin de un relato…
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